domingo, 4 de julio de 2010

el acto de escribir. sinfonía sincopada que retarda, entumece, aísla. pensá en tres cosas que alguna vez te hicieron bien. tejé con aguardiente la desolación que decapita la máquina de ritmos de la locura. pensá en algún muerto y en un amor. cosillas por aquí, ceniceros por allá. está copado crecer viendo a la gente también creciendo, pero ocurre lo siguiente: ya nadie lo hace. está fuera de moda crecer; ya es viejo (vaya paradoja) pensar en ser viejo. hoy estamo', mañana no estamo', dice mi verdulero cada vez que pasa el coche fúnebre. borrá esa cara de no comprender un carajo. mejor hacé una cosa: te propongo que cierres el puño derecho lo más fuerte posible. dale, hacelo. total, no te mira nadie. bien. ahora buscá la fuerza que te dio el día que perdiste el colectivo y se te quemó el asado. buscala, tiene que estar por ahí. si no la encontrás pensá en aquella vez que se te rompió el forro.

con esa fuerza golpeate. sin miedo. sin nada que perder. pum. golpe seco sobre el párpado. si conseguiste hacerlo con fuerza, la ceja ya debería estar regalándote un poco de sangre. si tenés un espejo a mano, buscalo y mirate. mirá cómo la sangre se libera, recorre el pómulo y se desliza por la mejilla. probá un poco. está dulce. eso es escribir.

( gracias santiago)

1 comentario:

  1. (no hay de qué coca!, me pareció que te iba a gustar tanto como cuando me lo pasaron a mí) questésbien

    ResponderEliminar

understanding


ZERO