viernes, 30 de diciembre de 2011
jueves, 29 de diciembre de 2011
Un matiz de color gris
Nadie nos pregunta cuando, ni como, ni donde queremos vivir. Simplemente nos escupen al mundo. Y hasta ahora para todos igual, una historia gris ha de comenzar. Desde los mas remotos comienzos la monotonía de este color reinaba en la vista de todos. Siendo mas explicita, ver en blanco y negro es la dura realidad. Los primeros no entendían porque, ni quien había dictado la historia de la vida de esta manera, hasta que lo grande sucede. Todos viviríamos en este mundo tan apagado, pero cuando encontrásemos a nuestra alma gemela conoceríamos lo que significaría una gama de colores y sonrisas. Viejos escritos un día se encontraron contando una de las mas remotas historias sobe el planeta. Y es aquí donde a mi me toca empezar...
Luego de 9 meses de gestar, Dakota al mundo ha de llegar. Una niña de ojos oscuros como la noche, pero con la esencia de miles de estrellas. Creció sin mucho que aquejar, solo dos cosas le perturbaban hasta llorar. Como primero, sus padres de un mundo de colores puros le hablaban, y ella sin mas anhelaba. Como segundo, y al igual que todo el mundo, no quería llegar al día que conocería de su muerte el momento. Si así como escuchan, todos luchan. Pero es cierto que en el trayecto, quizá como en un sueño, se les revelaría el instante de su muerte de manera cruda y fría. Y desde allí todos explotan sus minutos hasta llegar a ese segundo en el que sabían que su vida acabaría.
Es así como su estadía por la tierra seguía sin modificación alguna. El pequeño angelito esperaba, plasmando sus deseos en palabras, en historias que felices acababan. A los 12 años, en una caminata tradicional, su cuerpo se congelo tal como un cristal. Había descubierto su terrible profecía, y entendió que 14 años le quedaban todavía. Exprimió sus días como una naranja, sacando jugo y provecho de cualquier vía. Ya llegando a los 25, luego de tantas experiencias, seguían las decadencias. Su mundo era una heladera, fría y austera... Casi sin darse cuenta, el amor se ausenta. Costumbre, bajando como de una cumbre. Una noche perdida, mientras trataba de encarrilar su vida, reconoció a aquel que la resucitaría. Interactuar no era su talento, entonces dejo todo a manos del tiempo. Este mismo se agotaba, y no sabia si llegaba. Sin estimarlo, logro enamorarlo.
Ya creyendo que era muy tarde, sin horas en su reloj vital, llego a alucinar. El la logro besar. Los ojos abrió y lo mas hermoso vivencio. Un balde de matices alumbro a su mundo de color. Solo le basto un pestañeo, y todo se hizo efímero. Como todos acabo, ya todo termino. Solo hubo una excepción, de esas que ya están en extinción. Una sonrisa en su rostro se pinto, brillando al compás de la luna y el sol. Así el mundo ilumino. Con su alma el camino transito, y tan pura esta era, que a su tiempo y manera, el universo todavía colorea.
Luego de 9 meses de gestar, Dakota al mundo ha de llegar. Una niña de ojos oscuros como la noche, pero con la esencia de miles de estrellas. Creció sin mucho que aquejar, solo dos cosas le perturbaban hasta llorar. Como primero, sus padres de un mundo de colores puros le hablaban, y ella sin mas anhelaba. Como segundo, y al igual que todo el mundo, no quería llegar al día que conocería de su muerte el momento. Si así como escuchan, todos luchan. Pero es cierto que en el trayecto, quizá como en un sueño, se les revelaría el instante de su muerte de manera cruda y fría. Y desde allí todos explotan sus minutos hasta llegar a ese segundo en el que sabían que su vida acabaría.
Es así como su estadía por la tierra seguía sin modificación alguna. El pequeño angelito esperaba, plasmando sus deseos en palabras, en historias que felices acababan. A los 12 años, en una caminata tradicional, su cuerpo se congelo tal como un cristal. Había descubierto su terrible profecía, y entendió que 14 años le quedaban todavía. Exprimió sus días como una naranja, sacando jugo y provecho de cualquier vía. Ya llegando a los 25, luego de tantas experiencias, seguían las decadencias. Su mundo era una heladera, fría y austera... Casi sin darse cuenta, el amor se ausenta. Costumbre, bajando como de una cumbre. Una noche perdida, mientras trataba de encarrilar su vida, reconoció a aquel que la resucitaría. Interactuar no era su talento, entonces dejo todo a manos del tiempo. Este mismo se agotaba, y no sabia si llegaba. Sin estimarlo, logro enamorarlo.
Ya creyendo que era muy tarde, sin horas en su reloj vital, llego a alucinar. El la logro besar. Los ojos abrió y lo mas hermoso vivencio. Un balde de matices alumbro a su mundo de color. Solo le basto un pestañeo, y todo se hizo efímero. Como todos acabo, ya todo termino. Solo hubo una excepción, de esas que ya están en extinción. Una sonrisa en su rostro se pinto, brillando al compás de la luna y el sol. Así el mundo ilumino. Con su alma el camino transito, y tan pura esta era, que a su tiempo y manera, el universo todavía colorea.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)

ZERO